Semana Santa: LOS «SALZILLOS» EN LA CALLE. En honor de los costaleros.
Siempre he visto esta procesión en la C/ S.Nicolás, donde el paso ocupa toda la calle y la gente se aplasta contra las casas a sus espaldas. Hace muchos años había, al principio de la calle, una taberna destartalada y grande con el vino en enormes barriles. Los costaleros, extenuados, ya al final de la carrera, entraban en la taberna de Bartolo, dejando a la mitad de ellos al cuidado del paso y sosteniendo los sitios vacíos con las muletas. Se metían un huevo duro en la boca y se echaban un trago de vino pero el equilibrio del paso no aguantaba ni eso y pronto se oía un grito de terror, como si lo diera una sola garganta, cuando el paso se balanceaba y las muletas empezaban a dejar de estar rectas. Los costaleros salían como cohetes y doblando las rodillas se metían bajo las varas. Por unos instantes nadie respiraba. Con las caras casi tan moradas como sus túnicas, los costaleros, volvían a alzar el paso y la procesión, un año más, continuaba.

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